Ángel Caído.



Ahora que he caído, en lo más bajo. He visto como yo, un ángel de blancas alas ha caído por completo en las sombras. Mi misión inicial era infiltrarme en la oscuridad. Para aprender. Ya que mis compañeros siempre me dijeron que bajo el influjo de las sombras se aprendían nuevos sentimientos. ODIO.

¡Eso era lo que quería yo! Aprender a odiar. Era un ángel guerrero, pero un guerrero no podría hacer gran cosa sin el odio. Eso era lo que pensaba antes... Ahora sé que eso es mentira... Como todo.

En mi ignorancia, puse más interés en las sombras, y me alejé de la luz.
Mis alas entonces blancas y resplandecientes comprobaron una nueva dimensión. Descubrí cosas que no tendría que haber descubierto nunca.
Mis alas se oscurecieron... Mis sentimientos se corrompieron.

Todo se hizo añicos como una vidriera cuando sufre un fuerte golpe...
Y solo...

En la más profunda oscuridad, me dí cuenta de que sacrifiqué todo lo que tenía, por un poco de lo que nunca llegaría a ser...
Ya no puedo hacer otra cosa más que maldecirme... Maldecir mi suerte.

Estoy solo...

Solo...

Con mi nuevo poder...

Debo, debo volver.

Pero volver es demasiado tarde...

¿Otorgarme la redención? ¡JA! Si una cosa supe desde el principio siendo un Ángel, es que todos formamos parte de una misma cosa...

Cielo e Infierno...

¿Diferentes?

No...

Para un demonio, el Cielo es su infierno.

Para un Ángel,

El infierno son sus pesadillas.

Es como el bien y el Mal...

Todo es RELATIVO...

Nacido del error de creer que en el caos y las sombras se encuentra salvación. Aquí estoy, en lo alto del campanario de una vieja iglesia, enmedio de una tormenta, mis alas proyectan sombras en el húmedo suelo, las lápidas del cercano cementerio aullan removiendo los cadáveres que atesoran en sus pies.

Acabo de ver cómo una chica intenta suicidarse, llora lágrimas negras como la mismísima oscuridad, y cada vez que acerca el afilado cuchillo, veo cómo la muerte se acerca con paso firme pero lento.

¿Qué le pasa a la gente?

¿Porqué pierde la esperanza?

¡¿Porqué se rinde?!

NO!!!

No puedo verla morir. Aunque yo renegase de la luz para adentrarme en las sombras, sigo siendo un ángel, aunque mis alas sean negras y mi piel blanca. Extiendo mis alas enmedio de la lluvia y alzo el vuelo. No puedo alcanzarla, y la sangre ya brota de su muñeca, no puedo alcanzarla!!!!

La muerte ya alza la guadaña, y con un rápido movimiento, la chica cae sin vida, regando con su sangre, ese fluido escarlata que aún permanece caliente, una de las tristes lápidas, que si mis ojos no me engañan, lleva escrito su nombre.

Aquí me quedo, enmedio de un mar de sangre y sombras, viendo cómo un cadáver se descompone en mil y un fragmentos de memoria y sentimientos rasgados por el deseo de morir...

Y no pude hacer nada...