Cazadora (marca registrada a mi nombre)

Tema: Cazadora (marca registrada a mi nombre) Miér Sep 02, 2009 10:57 am

Es la historia de una chica española llamada Eva que vive atormentada con el recuerdo del asesinato de su madre por parte de un vampiro cuando era niña. Su odio visceral por los vampiros le impulsa a cazarlos cada noche en secreto, mientras busca al asesino de su madre.
Un dia, discute con su padre, que no cree en la existencia de vampiros y toma a su hija por loca. Cuando este insulta a la memoria de su madre, Eva se deja llevar por la colera y le asesina. Por desgracia, mas tarde es arrestada y encerrada en una carcel de menores. En la carcel, cada noche, aparece el vampiro Alasdair, traficante de humanos, que paga a los funcionarios por alimentarse de los presidiarios. Sin embargo, cuando este encuentra a Eva, decide llevarsele consigo para usarle como sicaria contra traficantes rivales. Eva no tiene alternativa, debera trabajar en contra de su voluntad al servicio de las criaturas a las que aborrece profundamente.

en unos dias publicare el primer capitulo, espero que lo disfruteis

Tema: Re: Cazadora (marca registrada a mi nombre) Vie Sep 04, 2009 2:19 am

Suena interesante, ojalá que postees pronto el primer capítulo.

Tema: Re: Cazadora (marca registrada a mi nombre) Sáb Sep 05, 2009 10:29 am

aqui pongo en exclusiva el primer capitulo de mi historia. disfrutadlo.

CAZADORA

Capitulo 1: Imperdonable

El sol se bate en retirada del cielo y, una vez más, la oscuridad viste las calles de Madrid con velos de luto, roidos por las ratas y cortado a la altura de los muslos. A esa hora, abro mis ojos, reflejos de la noche en la que vivo. Salgo de mi escondrijo en un callejón, con un par de armas a mano y un cigarro encendido en mis labios. El viento helado de noviembre me trae el hedor a sangre y putrefacción, el olor característico de lo que busco entre las tinieblas: Chupasangres. Seres sanguinarios, brutales, bestias hambrientas y sin control. Desenvaino mis espadas, la cacería comenzará en breve y escalo a un pequeño tejado para divisarlos. Son un par de varones, neofitos de aspecto joven y ropas al estilo skinhead que arrastran el cuerpo moribundo de un pobre anciano indigente con el cuello sangrante. Mientras ellos aprovechan las ultimas gotas de sangre de sus muñecas, cuento mentalmente mis pulsaciones acompasadas con mi respiracion. Uno, aspiro el humo intoxicado de tabaco. Dos, los chupasangres estan secando las venas de su victima. Tres, expiro el humo. Cuatro, arrojo el cigarro lejos de la escena. Cinco, el anciano deja de respirar. Seis, desenvaino mis espadas. Siete, me dispongo a saltar sobre ellos. Ocho, los vampiros tiran el cadaver a un rincon, respiran profundamente. Nueve, los sorprendo saltando sobre ellos. Diez, con un movimiento rapido de muñeca, los decapito a golpe de espada. Sus cabezas ruedan hasta mis pies, inmoviles, he de actuar antes de que se regeneren. Quemo sus cuerpos inertes en segundos, envio de un puntapie los craneos a la hoguera y miro a mi alrededor. En alerta, busco el mas minimo movimiento en la zona. De pronto, la sinfonia de sonidos imperceptibles queda destrozada ante el ruido de unas sirenas. Alarmada, empiezo a correr por las callejuelas al ver las luces de un coche patrulla que me ha percibido y me persigue. A los ojos de la policia, soy una criminal que merece morir a golpe de porra y mazo. Llevo varios dias huyendo de ellos, evitando que me alcancen, pero mi instinto me dice que esta vez no hay escapatoria. Cada vez llegan mas policias, armados con pistolas y odio hacia mi persona. Para que no me arrebaten las armas, las oculto en un contenedor de escombros y continuo corriendo. Sin embargo, al poco tiempo me acorralan cercandome en un callejon sin salida, rabiosos, decenas de agentes me apuntan a la cabeza, esperando una excusa para dispararme. No tengo mas remedio que rendirme, arrodillarme con las manos en alto y soportar como rodillas desconocidas me empujan contra el suelo a la vez que me esposan. Me llevan a comisaria, en cuya puerta aguardan cientos de camaras impasibles que graban mi entrada. A un periodista que tengo cerca, le escupo y varios policias me golpean hasta hacerme sangrar. Me arrastran hasta la sala de interrogatorios, donde espera un detective con una mirada que expresa sus deseos de borrar la insolencia de mi rostro a golpe de piedra. Me sientan en una silla y el detective pone frente a mi una supuesta confesion en la que se declaraba que mate a mi padre a sangre fria mientras dormia placidamente, estando yo bajo los efectos de una enfermedad mental. Hace tiempo que renuncie a relatar la verdad y a dar explicaciones a nadie. Mientras me encierran en un calabozo y se lleva a cabo el juicio, recuerdo lo ocurrido grabado a fuego en mi mente.
Varios dias atras, regresaba a mi hogar tras una caceria. Como de costumbre, mi padre esperaba enfadado tras la puerta. Permiti que me riñiera sobre mi conducta, sin escuchar ni una sola de sus palabras hasta que me mostro un libro que saco de mi habitacion.
-¿Que es esto?- me pregunto molesto al ver que se trataba de un libro sobre la caza de vampiros. Ningun humano normal sabia de la existencia de los vampiros, mi padre no era distinto.- ¿Ya estamos otra vez con eso?
-¿Que mas te da a ti?- le dije con frialdad.
Ademas de que me tomara por loca por saber que los chupasangres estan entre nosotros, estaba harto de que, desde mi infancia, lo afirmara con rotundidad. Habiendo visto sus infames actuaciones cuando era niña, es razon suficiente para creer en ellos, sobre todo habiendo contemplado impotente como uno asesinaba y raptaba a tu propia madre.
-Mirame cuando te hablo, ¿cuando vas a asumir la realidad? ¿Cuando dejaras de pensar en esas gilipolleces? Los vampiros no existen y la puta de tu madre seguira viva en alguna parte con algun amante. ¿Te ha quedado claro?
La furia se apodero de mi al escuchar sus insultos a la memoria de mama, me gire y desenvaine una espada.
-Uno.- conte con autoridad.- Imperdonable.
-¿Que estas diciendo?- interrogo levemente asustado.
-Dos. Imperdonable.
-Eva, mirame. Haz lo que te digo o lo lamentaras.
-Tres. Adios.
Clave el filo de acero en su estomago, sus pupilas aterradas me contemplaron un instante antes de perder su brillo. Se desplomo sobre el suelo, la sangre que brotaba de su boca tiñio el suelo de rojo oscuro. Fume un cigarro, con serenidad, sin arrepentimiento alguno. Entonces, reconoci una sombra atraves de una ventana. Ignoro cuanto tiempo estuvo alli, pero fue lo suficiente para observar todo lo sucedido. Se desvanecio con un parpedeo e imagine lo que suponia un testigo de mi crimen, sabia que desde aquel momento era una fugitiva de la justicia. Sin coger nada mas que mis armas y un paquete de tabaco, sali rapidamente de la casa y decidi esconderme en las calles, con la esperanza de no ser capturada.
Ahora veo como mis espectativas se desmoronan al entrar en la prision de menores a la que me han condenado. Pero algo de este lugar levanta mis sospechas. Funcionarios con relojes de oro imposibles de conseguir con un sueldo medio, prisioneros con anemia a pesar de ser cebados con platos repletos de comida y cientos de celdas vacias y aisladas. Intuyo que hace tiempo que este sitio no es una simple carcel de menores, sino algo mas escalofriante, mi posible tumba.

Tema: Re: Cazadora (marca registrada a mi nombre) Miér Sep 23, 2009 7:53 pm

siguiente capitulo

Capitulo 2:

Anochece y todavia no he encontrado respuesta a mis preguntas. No puedo comunicarme con nadie, los muros son demasiado gruesos y el carcelero ni me dirigio la mirada en todo el dia. A las once y media, entran tres carceleros en mi celda, con un cuchillo en la mano de uno. Mientras dos me sujetan pese a mi resistencia, el del cuchillo me clava el arma varias vez en los brazos y en los hombros, derramando mi sangre por las heridas. Al terminar, me sueltan y antes de que el ultimo se marche, le grito con rabia:
-¿Que ocurre aqui? ¿Por que me has hecho esto, cabron? ¡Responde!
Sin ni siquiera mirarme a la cara, responde con frialdad:
-No pasaras de esta noche, Cazadora.- al pronunciar esa palabra, llego a la conclusion de que los vampiros estan detras de esto.- El dueño tiene sed, vendra pronto, lamentaras haber cometido tus horribles crimenes.
El carcelero desaparece por la puerta y percibo el hedor de un chupasangre de mas de un siglo mezclado con perfume caro y dinero en exceso. Me incoporo a duras penas, decidida a luchar por mi vida, a cualquier precio. Siguiendo el olor de mi sangre, el vampiro me localiza y entra en la celda. Viste con traje elegante a medio desabrochar, se peina con presuncion sus cortos cabellos rojizos, sus ojos verdes de serpiente me observan con cinismo y disfrute.
-Vaya, vaya, la temible cazadora de los barrios bajos, temor de todo neofito, es reducida a escoria por unos cuantos humanos, ¿no es ironico?- dijo riendose de sus propios chistes.
Se me aproxima y le rechazo con varios golpes que esquiva con facilidad. Con simple toque preciso, me desplomo contra el suelo, intentando levantarme en vano.
-Me divierte tu agresvidad y tu estupida tenacidad, te voy a proponer una oferta que no podras rechazar. Si aceptas servirme, vendras conmigo. Si no, te matare aqui mismo. ¿Que eliges?
Me ofrece su mano en actitud pacifica, soy reacia a tan solo imaginar que acepto las ordenes de un repugnante chupasangre pero no tengo otra opcion. Del mismo modo que me deje detener y menti firmando una confesion falsa, baje la cabeza y cogi su mano helada. Al ver que no puedo sostenerme sobre mis piernas, el vampiro me coge en brazos de una manera humillante. Me hace tragar un sedante con el que me quedo dormida en segundos. Despierto minutos despues todavia sus brazos, caminando esta vez por una mansion excesiva y desordenadamente decorada con todo tipo de objetos de lujo y obras de arte. Entra en una alcoba del mismo estilo que la casa, me tumba delicadamente sobre la cama, me invaden las nauseas cuando comienza a lamer el liquido rojo de mis heridas resbalando por mis brazos. Cuando se acerca a mis hombros, interrumpo su deleite gritando en su oido:
-¡Sueltame, puto engendro chupasangre!
-Habra que moderar tus modales, pero te lo perdono por esta vez, Eva. .- dice calmado sin inmutarse siquiera.
-No me llames por mi nombre.
-No te muevas.
Se hace un pequeño corte en un dedo y me hace beber una gota de el. El sabor es repugnante, pero en poco tiempo mi cuerpo se cura y mis heridas cicatrizan. Me incorporo, sorprendida por los efectos de su sangre, mientras me contempla con un extraño gesto que nunca vi antes en un chupasangre. Un matiz humano en su rostro de estatua, un atisbo de lo que denominamos afecto aunque no muy acentuado. Arrepentido de su expresion de sentimientos, me da la espalda, me entrega mis armas sospechosamente en su poder y me dice con voz distante:
-Mañana tendras una mision, para probar tus habilidades. Hasta entonces, no saldras de aqui. Hacia mi, tratame de Alasdair y con el mismo respeto con el que te trato o mas. Que descanses.
Me deja sola en el dormitorio, cerrando puertas y ventanas con todo tipo de candados, candenas y codigos de seguridad. Desaparece en mi toda calma y solo puedo odiarle por derrotarme, por convertirme en sierva y a mi misma por no haber elegido la muerte. A pesar de mis pensamientos, mi objetivo es claro: liberarme como sea y vengarme por esta ofensa a mi honor.